Ágata, tal y como lo conocemos hoy en día, es el nombre que se le da a numerosas
variedades de Calcedonia usualmente en bandas. Es un mineral perteneciente a la familia del
Cuarzo. Y metafísicamente, tiene una intensidad menor, que vibra a una
frecuencia más lenta que otras piedras. Por otro lado es considerada uno de los minerales con mayor poder estabilizador y fortalecedor.
El ágata promueve la estabilidad interior, además de la
compostura y la madurez. Las propiedades cálidas que la componen se caracterizan por ser protectoras y fomentar la
seguridad y la autoconfianza. Ayuda a potenciar un sentido de la realidad y el pensamiento pragmático elevado. También sus diseños y formas regulares dan paz y armonía, mientras que los irregulares estimulan la acción y la toma de decisiones importantes.
Los beneficios de Ágata
El ágata es beneficiosa en el
autoanálisis y en el descubrimiento de circunstancias ocultas que podrían
interferir con el bienestar. Promueve la autoaceptación y la confianza. Ayuda a superar la negatividad y la amargura del corazón, siendo así muy útil para cualquier tipo de trauma. Esta piedra crea conciencia y se vincula con
la conciencia colectiva de la unidad de la vida. Fomenta la contemplación y la meditación tranquila de las experiencias de la vida que llevan al crecimiento espiritual y
la estabilidad interior.